Para nuestra primera entrada en el blog hemos decido hablar de uno de los sofás más icónicos, y así presentar nuestro espacio en el cuál iremos escribiendo tanto de novedades como de clásicos como es este caso, espero que lo disfruten.
Sus orígenes datan de mediados del siglo XVIII, alrededor de 1773, el cuarto Vizconde de Chesterfield encargó a un prestigioso ebanista llamado Adam, quién pone especial énfasis en el diseño de un sofá que permitiera a los caballeros de la alta sociedad, sentarse con la espalda totalmente recta, evitando así, lo que el Vizconde llamaba posturas extrañas, movimientos poco adecuados y formas poco gentiles.
Adam, en un alarde de inspiración daría forma al genuino diseño de botones, conocido como Sofá Chesterfield.
Los sofás Chesterfield, de cuero principalmente, son unas de las más distinguidas piezas de lujo de las Islas Británicas, reconocidos mundialmente por su artesanía y belleza.
Si nos centramos en la actualidad y en lo que se ha convertido el sofá Chesterfield, podríamos decir que es un clásico con mucho poder y fuerza en la decoración. El sofá Chesterfield ha ido ganando popularidad como una pieza importante, ya que su característico diseño puede combinar con facilidad en diferentes espacios, ya sea un ambiente más industrial, como clásico, moderno o vintage. ¡Una maravilla! Variando desde el diseño inicial en cuero y en los tonos principales (granates y verdes) se fabrica en diferentes materiales y con gran variedad de colores siempre guardando esa esencia que le caracteriza y le hace tan importante.
En fin, si estás pensando en renovar tu sofá, no te lo pienses más, decídete por un Chester y da un toque exquisito a tu hogar.